Que calle la voz que me encarcela el alma...
la voz que no tiene palabra.
Que griten los sentidos...
cuando se desgarre el alma.
¡Que rompa el silencio...
Y también mi lágrima!
Que mi pecho no guarde el dolor
De la soledad amarga.
Que se abrace a los recuerdos...
Del amor bajo la almohada.
Que la luna me regale su luz
En una noche apagada.
Que la furia de la tormenta
No me robe la calma.