domingo, 14 de septiembre de 2014

PRINCESA DE UN CUENTO INFINITO


Era el último día de nuestras vacaciones y nos acercamos al bar.
Nos sentamos alrededor de una mesa...hacia calor y fuera se estaba bien.
No estábamos solos, otras personas disfrutaban de la tarde hablando y tomando unas copas.
Anna ( nuestra casera) estaba con nosotros...nos había enseñado la iglesia y el albergue donde descansaban los peregrinos que seguían el camino de Santiago.
¡Se estaba tan bien en aquel lugar...!
Aljucen, un pequeño pueblo de Extremadura...único, si buscas tranquilidad.
Miré a mi alrededor...observaba a las personas que allí habían.
Vi, como en una de las mesas se encontraba un peregrino y una peregrina que habían llegado por separado.
También habían personas del pueblo, que parecían reunirse habitualmente en aquel lugar.
Y vi, a una niña jugando con su perro...ella corría alrededor de la plaza, mientras el perro la seguía...parecía imitar sus gestos.
Llamó mi atención su blanca piel, sus cabellos dorados y su carita pequeña y dulce.
La observé y por unos segundos yo jugaba a su lado...
Sentí un sentimiento extraño, pero muy agradable a la vez...
Tenía la cámara en la mano y sin pensarlo...enfoqué y disparé.
Quería llevarme conmigo aquel momento mágico.

Al llegar a casa y descargar las fotos, apareció ella...recordándome aquel sentimiento olvidado y al que no quería volver.
No quería volver a mi niñez pero, aquella niña...sin saberlo, me hizo comprender el valor que tienen los recuerdos...lo importante que es conservar la inocencia de la niñez.
No importaba el tiempo que tardaba en ver aquellas fotos...sucedía lo mismo cada vez que las veía...
Han pasado tres años desde entonces, pero mi deseo no ha desaparecido (todo lo contrario) siento que...que tengo que expresar lo que sentí en aquel momento...expresar y detener el tiempo con palabras, igual como lo hice con mi cámara.

Mi cariño incondicional para ti Lidia...Por recordarme ese mundo mágico llamado niñez.
Mi más sincero agradecimiento a los padres de Lidia, por permitirme publicar las fotos.
Y como no, también para ti  Anna...por entregarme tu amistad, tu ayuda y tu complicidad.



PRINCESA DE UN CUENTO INFINITO

Allí estaba ...la pequeña niña,
Jugaba en su mundo...
Un mundo perfecto.
¡Llamó mi atención...!
Destellos de Sol cubrían su rostro...
el mar y el cielo pintaron sus ojos.
La pequeña Lidia,
Jugaba en la plaza
ajena a todo.
Dulce inocencia...
Ausencia de malicia...
En un mundo imperfecto.

Princesa de un cuento infinito.
La observé...
enfoqué mi cámara y disparé.
Me contagió su magia...
Entré en su cuento...
Corrí juntó a ella...
Jugué con su perro...
¡Me uní, a su juego...!

Fui feliz por un momento...
Recobré mi niñez,
deteniendo el tiempo.

5 comentarios:

  1. He publicado un comentario por dos veces y no salió... no sé...volveré luego a ver si ya lo coge...

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  2. (No sé que pasó), Bueno vuelvo a intentarlo...
    Hermosa historia, Maite. Como tú considero que es bueno detenerse algún momento y si puede ser a diario, para disfrutar de las cosas simples y sencillas, como jugar con un perro, saltar, correr, sentir el tacto del viento del sol... Y volver a ser un poco niños, sentir la pureza de la vida, libre de tanta carga inútil... Tener la capacidad, para mirar con el corazón...

    "Adiós- le dijo.
    Adiós- repuso el zorro-. He aquí mi secreto. Es muy sencillo. Consiste en que no se ve bien sino con el corazón, pues lo esencial es invisible a los ojos".
    Buena verdad ¿no crees?, la que dejó escrita A. De Saint-Exupéry.

    Hermosas las fotos, también, sin duda supiste captar la luz de Lidia, la luz de su maravillosa niñez.
    Un abrazo grande, Maite. Siempre lo mejor para ti.

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    1. Muy buena Clarisa la frase de Saint-Exupery que dejó en "El Principito". Cuanta razón hay en esas palabras...
      Muchísimas gracias siempre por tus comentarios...la verdad, es que son un aliciente para mi. Un abrazo grandísimo Clarisa también para ti.

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  3. Preciosa historia, momentos que se imponen por si solos, nos avasallan para llevarnos y contarnos de una manera distinta esa historia que vive en nuestro interior, me encantó. Abrazos

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    1. Muchas gracias Kike. Pues si, existen historias en cada uno de nosotros pero, a veces, están tan escondidas que no las sabemos ver, hasta que llega ese momento que las descubres y te preguntas ¿por qué no me acordaba de ella?
      Abrazos grandes.

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