Las campanas de la Iglesia
recuerdan que es medianoche.
Pinceladas de blanco cubren el cielo.
Mientras, la brisa de mar embriaga mi cuerpo.
Y me vuelvo gaviota,
surcando en silencio el cielo.
Paz, solo paz respiro...
Apago la luz y me uno a las estrellas,
que despiertan en mí...sueños dormidos.
Me habla el silencio,
la noche abraza al día
y mis párpados, caen vencidos.
Maite Segura
26 de agosto de 2017.
Hace unos días...sí, unos de esos días en el que la debilidad me vencía y sentada en la terraza, intentando recuperar mis fuerzas bajo las estrellas, y con la única compañía del silencio, surgieron estos versos.
Este cuadro de Vincent Van Gogh " La noche estrellada" me ha recordado ese día.
Sencillez de la cotidianidad e intensidad a la vez. Será porque en lo más simple estar lo más importante? Esperar la noche para ese merecido descanso. Un poema para ese momento y vivencias que acompañan; sólo una exquisita sensibilidad puede darle vuelo poético. Una maravilla querida Maite.
ResponderEliminarEse día estaba realmente agotada...me senté fuera, intentando recuperar mis fuerzas y miré hacia arriba.
EliminarEl cielo estaba en parte cubierto de nubes y me invadió una paz inmensa.
Las campanas de la iglesia dieron las 12 y de pronto surgieron los versos.
Disfruté de ese momebto, tal y como disfruto viendo amanecer.
No puedo describir bien esa sensación...solo se y siento que es un privilegio disfrutar y apreciar estos breves momentos .
Muchísimas gracias mi queridísima amiga por tus palabras.
Ya se termina el verano y espero estar más por aquí y seguir escribiendo .
Un abrazo grandisimo de oso.